Río Narcea Recursos, sociedad constituida por la multinacional Río Narcea y el Estado, estima que la explotación de la mina de níquel de Aguablanca, ubicada en Monesterio, generará una riqueza para la zona de 61 millones de euros en sus once años y medio de explotación. Este beneficio, contemplado como valor añadido neto, se derivará del pago de sueldos a los 75 trabajadores de la planta, de las compras a proveedores y de la contratación de servicios, entre otras cuestiones.

El dato viene recogido en el expediente que acompaña al proyecto definitivo de explotación de la mina, que se encuentra desde el martes en periodo de información pública para la presentación de alegaciones por un plazo de 20 días, trámite previo a la puesta en marcha de los trabajos.

En cuanto a los datos recogidos en el proyecto, se indica que Río Narcea ocupará una superficie total de 345 hectáreas, de las que 28,6 corresponderán en sí a la mina, que será una explotación a cielo abierto en el cerro de Aguablanca. La previsión es que, al terminar de sacar todo el mineral, dentro de una década, quede en el lugar un cráter de 300 metros de profundidad.

Además, Río Narcea no descarta, una vez terminada esta fase, acometer otra explotación subterránea, ya que ha encontrado níquel y cobre hasta 600 metros de profundidad.

Esta posibilidad queda condicionada a que en la primera etapa se amorticen las instalaciones mineras necesarias.

LODOS Y ESCOMBRERAS

Otros datos del plan de trabajo es que se construirán escombreras que ocuparán 118 hectáreas y dos balsas para lodos --procedentes de los tratamientos a que se somete el mineral para sacar los metales-- que tendrán, en conjunto, 8,5 hectáreas, y una capacidad total de 165.000 metros cúbicos.

Ante las prevenciones suscitadas por esta última instalación, al recordarse el antecedente de Aznalcóllar, los autores del proyecto apuntan que los lodos son poco tóxicos, y agregan que "sería necesario que un animal ingiriese decenas de veces su peso en lodos para ingerir una dosis mortal".

31 MILLONES DE TONELADAS

Por lo que se refiere a la valoración de impactos, se indica que los más altos estarían en el propio terreno, debido a la excavación y las escombreras; en la generación de ruidos y en la destrucción de vegetación atropello de animales y alteración del paisaje. Por ello, se contempla que habrá que restaurar en torno a 262 hectáreas cuando finalicen los trabajos.

Finalmente, el proyecto apunta que las prospecciones realizadas indican que en 600 metros de profundidad hay algo más de 31 millones de toneladas de mineral, con una riqueza del 0,62% de níquel y 0,46% de cobre, además de otros metales como cobalto, platino y oro en menores cantidades. La fase de explotación al cielo abierto sacará justo la mitad de este mineral.