Se cumplen 22 años de la aprobación de la Carta del Turismo Sostenible en el marco de la Conferencia Mundial que se celebró en Lanzarote y que estableció que: «el desarrollo turístico deberá fundamentarse sobre criterios de sostenibilidad, es decir, ha de ser soportable ecológicamente a largo plazo, viable económicamente y equitativo desde una perspectiva ética y social para las comunidades locales». El año Internacional del turismo sostenible para el desarrollo en 2017 supone la mejor oportunidad para destacar la contribución del turismo a estos tres pilares de la sostenibilidad.

En el marco de impulso a la economía verde en el que está embarcada Extremadura, el turismo sostenible es un componente de gran relevancia. Estamos poniendo las bases para ofrecer una calidad diferenciada del turismo extremeño, claramente vinculado con la sostenibilidad y especializado en los valores y en los recursos medioambientales, como respuesta a una demanda creciente de establecimientos y destinos sostenibles. En este proceso contamos con una ventaja comparativa, la cultura de la sostenibilidad forma parte de la idiosincrasia del turismo extremeño. Somos una región comparativamente joven en cuanto al turismo, pero somos veteranos en cuanto al desarrollo regional sostenible.

El ingente volumen de recursos medioambientales y patrimoniales de los que Extremadura está dotada nos ofrece un enorme potencial turístico, no suficientemente aprovechado, que debe complementarse desde el ámbito económico y social, a la vez que nos obliga a evaluar el impacto de las actividades turísticas sobre el medio ambiente.

El próximo Plan Turístico de Extremadura, que pronto verá la luz, deberá recoger como una de sus prioridades estratégicas la sostenibilidad, articulando medidas y actuaciones que garanticen la explotación del entorno sin comprometer características y necesidades futuras. Debemos aunar competitividad y sostenibilidad.

Aspectos tales como la sensibilización y concienciación general sobre los beneficios de un turismo sostenible y ecológico, el diseño de destinos turísticos responsables que compatibilicen el turismo con el desarrollo de las poblaciones locales, la protección de los recursos naturales y culturales, la capacitación de los profesionales del turismo para mejorar la calidad de los servicios prestados en relación con la sostenibilidad o el impulso a la eficiencia energética y la incorporación de equipamientos eficientes en la oferta, estarán en la vanguardia de las actuaciones previstas a medio y largo plazo.

Los buenos resultados obtenidos por el sector turístico en Extremadura en 2016, con máximos históricos de viajeros y pernoctaciones, hay que ligarlos necesariamente a una buena gestión de todos los agentes del sector que participan en garantizar la sostenibilidad de nuestros recursos.

Posicionar Extremadura como un destino de experiencias, promoviendo la calidad, la competitividad, la innovación y la sostenibilidad de nuestros productos y destinos turísticos es el reto que nos hemos marcado para los próximos años.

La apelación a los valores de autenticidad y sostenibilidad que definen nuestros recursos culturales, naturales y gastronómicos es el mejor argumento para conseguir que la actividad turística ocupe el lugar que le corresponde dentro de la vida económica y social de Extremadura como sector estratégico de primer orden, líder en la generación de riqueza y empleo, de bienestar y desarrollo.