Como muchas otras veces, Fernando Alonso tenía razón. La remontada era posible. "No solo yo, Ferrari también la ha hecho posible", reconoció ayer el bicampeón que va camino del tri tras ganar, en Yeongam, uno de los grandes premios más retorcidos de los últimos años y aprovechar los errores, las disputas y las malas estrategias de sus rivales, así como el despiste de Mark Webber, el líder que se estrelló solito, y la rotura del motor Renault del Red Bull de Sebastian Vettel cuando dominaba la prueba. Total: tercera victoria en los cuatro últimos grandes premios, liderato y primera pelota de partido, el próximo 7 de noviembre, en Brasil. Si Alonso gana y Webber no acaba entre los cuatro primeros, habrá tricampeonato.

Cuentan que la semana previa a Monza hubo reunión de altos vuelos en Ferrari. A falta de seis carreras, Alonso era quinto del Mundial, a 41 puntos de Lewis Hamilton. Los había que apostaban por renunciar a la lucha y dedicar todos los recursos, humanos, técnicos y financieros, al coche del año que viene. "Yo estoy convencido de que podemos remontar. Esperaros a la carrera del domingo. Si no gano, cambiamos los planes". Y ganó. Y empezó a cumplir su pronóstico: "Con dos victorias, ya tengo una, y cuatro podios puedo ser campeón". Ya suma tres victorias y un podio. Ya huele a campeón, sí.

MADERA DE TRICAMPEON La remontada ha sido posible gracias a diversos factores. Por ejemplo, la categoría y manos del asturiano. "Alonso se ganó primero, en pretemporada, a la fábrica, a los ingenieros; luego, en la pista, derrotó a Felipe Massa, demostrando ser mejor que él y ahora gestiona el trabajo de todos desde la pista. Eso es lo que debe hacer un gran campeón como él". Así de claró se pronunció, la pasada semana, Gerard Berger, expiloto de Ferrari, McLaren y asesor ahora de Red Bull.

Más. Lo que parecía ser todos contra Red Bull se ha convertido en todos a favor de Alonso. "Parece increible que con el coche que tienen, nosotros aún tengamos posibilidades de ser campeones", dijo Stefano Domenicali, jefe de Ferrari, el pasado sábado. Todos coinciden en que Christian Horner no ha sabido gestionar las inmensas posibilidades de los Red Bull. No confiaron en Webber, ni siquiera siendo líder, y depositaron todo su apoyo en Vettel, el niño mimado de Helmut Marco, asesor personal de Dietrich Mateschitz, riquísimo dueño de Red Bull. Y así les ha ido. Lo tienen casi perdido.

En McLaren, les ha pasado algo muy parecido. A los despistes, presentes todos los años, del alocado Hamilton (los ceros de Monza y Singapur lo sentenciaron), hay que añadir la escasa confianza que tuvieron en su campeón, Jenson Button, al que marginaron por completo hasta el extremo ayer de hacerle probar los neumáticos intermedios en beneficio de Hamilton cuando todo el mundo sabía ya que iban bien pues el primer que los montó fue Vitaly Petrov y bastaba ver sus tiempos.

FELICITACIONES El campeonato más largo, más duro y con más candidatos de la historia puede acabar en manos de Alonso, que ayer se enorgullecía por haber logrado "el primer gran triunfo de mi vida sobre agua y bajo el agua". "¡Beautiful! ¡beautiful!", le gritaban desde el muro tras cruzar la meta. "¡Grande, grande!", le decía su ingeniero Andrea Stella. "¡Avanti, avanti! Jajajajajajaja", coreaba, cantaba, gritaba él desde el interior de su casco, lleno de una felicidad incontenible, aunque totalmente justificada, compartida por todos los que hay dentro de la mítica scuderia .

Y es que la labor de Ferrari ha sido tremenda para que Alonso pudiese culminar su remontada. Sobre todo a la hora de gestionar el rendimiento de sus motores tras la rotura de uno de ellos en China. Prefirieron priorizar la fiabilidad que la potencia, asegurando cero roturas y salvando llevarse chascos como el de ayer de Vettel, que vio estallar su propulsor cuando era líder.

Ahora llega Brasil, lugar donde domina Massa. Y Ferrari. "Si antes de empezar el Mundial", dijo ayer Domenicali, "me piden un lugar para intentar ganar o apuntalar el título, hubiese escogido Brasil". Hacía allí se va el campeonato, ya con Alonso, más Magic que nunca, de favorito tras recuperar, en las últimas cuatro carreras, 90 puntos al primer clasificado y ver cumplidos todos sus vaticinios.