Disfrutó de la vuelta de honor y del podio casi como si hubiera ganado porque su vista no se para en el podio de Montmeló sino que apunta mucho más lejos, a Abu Dabi, al mes de noviembre, al título. Disfrutó el segundo puesto por él mismo --"cuando sales segundo y acabas segundo, está muy bien, pero cuando sales cuarto y acabas segundo, sabe mucho mejor, es como un miniregalo"-- y por los seguidores --"he sentido su alegría en las últimas vueltas, en el podio, con el abandono de Hamilton..."-- pero la mayor satisfacción es echar un vistazo a la clasificación y "verme a tres puntos del líder".

Cuestión de ritmo

Tenía razón cuando el sábado se remitió a la carrera después de que los Red Bull dejaran a todo el mundo con la boca abierta. Un segundo de ventaja con el resto en la crono era para asustarse, pero "en carrera tuve un ritmo similar al de Vettel y Hamilton". Sin embargo, "necesitaba algo más para llegar a ellos y, aunque los alcanzara, no hubiese podido adelantarles". Así que comenzó a esbozar una sonrisa cuando se vio en el podio por los problemas de neumáticos y frenos de Vettel: "En ese momento ya había tirado la toalla en el intento de alcanzar a Hamilton". El abandono del inglés le llevó al segundo puesto, un resultado "genial".

Los neumáticos resultaron clave. "Rodar 50 vueltas con los mismas gomas implica un riesgo. Lo asumimos y acertamos, porque el resto de equipos hizo lo mismo. Pero ya vimos que era arriesgado y el ejemplo es lo que ocurrió con Hamilton". El británico forzó en exceso sus ruedas y la izquierda delantera estalló en la última vuelta del gran premio.

Alonso se ve a tres puntos del liderato después de cinco grandes premios cargados de problemas. "He roto dos motores, un caja de cambios, una salida falsa..." y eso le "llena de ganas de seguir trabajando". Porque el bicampeón tiene la sensación de que el F-10 es "un coche completo". El campeonato tiene "19 carreras y en unos circuitos vamos peor que los rivales y en otros iremos mejor". Montmeló es de los trazados que le vienen mal al coche rojo de Maranello "porque necesita mucha carga aerodinámica. Es algo sobre lo que debemos de trabajar y trabajamos. No conseguimos generar toda la carga que necesitamos en algunos trazados y éste es uno de ellos".

Por eso este segundo puesto, el segundo podio del año, le sabe a gloria. "En otros circuitos, con más rectas iremos mejor", añade el asturiano. "Aquí, los Red Bull estaban intratables, pero llegarán grandes premios en los que nosotros seamos más fuertes y podamos ganar". Alonso está convencido de que "tenemos un coche para poder pelear por el título".

Y en ello está. El y la scuderia . Para eso lo ficharon. Ahora viene Montecarlo, un trazado donde Ferrari hace ya nueve años que no gana. La última fue, como no, obra de Michael Schumacher en el 2001.