Es el nuevo líder del Mundial, cierto, pero el rostro de Felipe Massa no era ayer el del nuevo jefe de la parrilla. Al contrario, sabe que ha vuelto a ser más lento que Fernando Alonso, aunque el resultado de Sepang diga lo contrario. Solo la interposición de Jenson Button, primero, y la rotura del motor, después, impidió que el asturiano cruzara la meta justo detrás el brasileño con un coche sin embrague ni freno motor.

En su mejor arranque en un Mundial, Massa, con 39 puntos, se ve líder después de tres carreras que no han hecho sino confirmar que estamos ante el campeonato más apasionante y reñido de los últimos años. Ahora que se estrena nueva puntuación en el Mundial, justo cuando entre el primero y el segundo existe una diferencia del triple de puntos que en años anteriores, resulta que entre los siete primeros, entre Massa y Robert Kubica, solo hay nueve puntos de diferencia, y que los cinco primeros se encuentran en cuatro.

Massa asoma la cabeza entre una jauría que no va a dar tregua en una larga temporada que no ha hecho sino comenzar. Por eso el ambiente en Ferrari no era ni mucho menos de fiesta, ni siquiera por el liderato de Massa, ni aunque Alonso se mantenga segundo en la clasificación general.

El GP de Malasia resultó desastroso para el equipo italiano. "El liderato de Felipe es lo único positivo del fin de semana", reconoce Chris Dyer, el jefe de ingeniería. Para lograr esa posición, Alonso estrenará en China el cuarto motor y el reglamento solo permite ocho para toda la temporada. Cada unidad nueva utilizada lleva una penalización de 10 puestos en la parrilla. Y Massa, con el tercero, no pinta mucho mejor, cuando los Red Bull, McLaren y Mercedes solo han utilizado dos.

La rotura de los propulsores de Maranello en los coches de Sauber --el de Pedro de la Rosa en la vuelta de formación-- habla de una fragilidad ocasionada por el calor y, quizá, por una mezcla de gasolina demasiado agresiva para evitar el alto consumo. "Si queremos luchar por el título debemos mejorar en la fiabilidad", reconocía Stefano Domenicali tras el abandono de Alonso.