Los bancos centrales de Estados Unidos y de Europa estudian nuevos mecanismos para frenar la extensión de la crisis financiera. Entre las posibilidades se estudia la posibilidad de adquisiciones masivas de valores respaldados con préstamos hipotecarios, según publicó recientemente el Financial Times. La Reserva Federal y el Banco de Inglaterra negaron esos planes, aunque reconocieron que buscan nuevas fórmulas para "rebajar la tensión" de los mercados financieros.

"Podemos confirmar que hemos estado examinando otras opciones, pero es muy pronto como para entrar en detalles", indicó un portavoz del Banco de Inglaterra con respecto a la búsqueda de mecanismos efectivos. Asimismo, advirtió de que no está proponiendo planes que requieran que sean "los contribuyentes y no los bancos los que asuman el riesgo crediticio".

La entidad salió así al paso de la información sobre las conversaciones entre los bancos enmarcadas en un acuerdo más amplio sobre la forma de combatir las turbulencias de los mercados financieros después de que la inyección de miles de millones de dólares en liquidez y los recortes de los tipos no hayan frenado la inestabilidad. Una eventual operación de rescate de títulos hipotecarios afectados por la crisis requeriría la aprobación de los gobiernos afectados, puesto que se financiaría con los impuestos de los contribuyentes.

El hecho mismo de que la cuestión se haya planteado, apunta el rotativo, demuestra lo que ha cambiado el panorama con la profundización de la crisis, especialmente tras el colapso hace apenas dos semanas del Bear Stearns, el quinto banco de inversión de Estados Unidos.

El Banco de Inglaterra parece ser el más partidario de este eventual acuerdo, que implicaría el uso de capital público para apuntalar el mercado y restablecer la confianza de los inversores, según el diario. En principio, la Reserva Federal está abierta a la idea, pero solo como último recurso, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) sería el menos dispuesto a aceptar la medida, según la información.

Las cotizaciones de las acciones en bolsa han sufrido un desplome por el reajuste del crédito provocado por la crisis hipotecaria de Estados Unidos, lo que a su vez condujo a un círculo vicioso de ventas forzadas, a una caída en los precios y de los resultados de las entidades bancarias.

Desde noviembre, los bancos se han visto afectados por amortizaciones que totalizan unos 125.000 millones de dólares, lo que ha golpeado duramente a sus acciones. El índice de bancos europeos DJ Stoxx ha caído casi un 40% desde junio.