Carlos Escribano, director general de Ganadería del Ministerio de Agricultura, aseguró el pasado jueves que la nueva norma de calidad del ibérico se está desarrollando de forma adecuada, tanto en sus aspectos comerciales como en los relativos a la producción. A su juicio, dos meses después de su entrada en vigor, la primera valoración que se puede hacer es que "por fin tenemos esta norma, en la que hemos trabajado mucha gente durante muchos años. Es un paso adelante sobre la norma anterior, aunque quizás no sea la definitiva, porque tendremos que seguir mejorando". En cualquier caso, añadió que para hacer una evaluación definitiva habrá que esperar a que se empiecen a "faenar los animales que están en estos momentos en la montanera". Aunque no considera que se deban aguardar grandes cambios a partir de ahora en la calidad de los productos, subrayó el avance que para los consumidores representará la mayor transparencia que implica en nuevo etiquetado.

Escribano hizo hincapié en que la nueva regulación introduce aspectos muy importantes "y más para Extremadura que para otros sitios", como como es la delimitación de las zonas de dehesa, donde el campo tiene las condiciones de producción que buscamos".

Por otro lado, este responsable del Mapa resaltó la importancia del papel que juegan las entidades de inspección en campo, que han sustituido a las analíticas de ácidos grados como instrumento para verificar la alimentación de los animales. "El secreto de esto es que las entidades hagan bien su trabajo, porque si no la norma fracasará", dijo, al tiempo que agregó que aunque se le pueda retirar la autorización a una entidad si no hace bien su labor, "se trata de procesos tan largos que el daño se produce siempre a largo plazo". Por este motivo, incidió en que todas las administraciones vigilen la eficacia de los controles sobre "alimentación, densidad y factores raciales". En este sentido, calificó de alentadoras las noticias recibidas hace dos semanas por el ministerio durante la última mesa del ibérico, "pero es ahora mismo cuando las entidades están haciendo su trabajo, por lo que creo que el resumen de cómo han funcionado lo tendremos en dos o tres meses".

En cuanto a quienes aseguran que se siguen cometiendo engaños en la comercialización, pidió tratar con cuidado este tipo de denuncias porque afectan "al producto más emblemático del porcino español". "Una cosa es que se cometa un fraude con jamones de montanera que no lo son y otra que haya jamones ibéricos de inferior calidad que éste", concluyó.