La música también es parte de la imagen de marca de una empresa. La identificará en anuncios, vídeos internos, microprogramas de radio, convenciones o incluso en el centro de atención telefónica al cliente. Hay incluso quien la pone como sintonía en los móviles de los empleados. "La música corporativa define la diferencia y representa a la empresa", proclama Manuel Pacho, uno de los pioneros de esta disciplina en España y promotor de Wiwi Music, una productora especializada en estas melodías, con sede en Madrid.

Tras las notas de Pacho están las marcas de El Corte Inglés, Ferrovial, Pelayo y Metrovacesa. Pero también otras tan conocidas como la sintonía del Partido Popular, que se volverá a repetir en esta nueva campaña electoral, o el jingle de las papillas Puleva o vacaciones Santillana, que han repetido generaciones machaconamente. En el currículo de este ingeniero y músico, que había trabajado como ejecutivo para HP, figuran también éxitos de Ricky Martin, de telenovelas mexicanas y de varias emisoras de radio españolas.

"Es música que ha de ser de frase breve, fácil de recordar y de entender. Las voy repitiendo en frases muy breves sobre la armonía pero sin que resulten desagradables", afirma. ¿Y a qué suena una empresa "Pues vendan lo que vendan, las compañías tienen sueños e ilusiones, cosas que no son difíciles de representar musicalmente. Una música grave puede representar ímpetu, y si la calmas, entonces da idea de solidez", señala. "Pero aunque dos empresas se dediquen a lo mismo, las características que hay que expresar son distintas".

La melodía puede ser parte del márketing de la compañía, como el logotipo o el papel, y ha de identificar sus valores, aunque también ha de ser agradable para el que escucha. "Yo siempre hago concesiones emocionales para que al que escucha se le pongan los pelos de punta. La música siempre se recuerda, va asociada a los recuerdos, lo mismo que el olfato", sostiene.

Hay que distinguir también la música corporativa del jingle publicitario, que, según Pacho, está pensado para ser agotado en unos pocos meses. "Aunque hay algunos, que por alguna razón que se escapa, triunfan entre la gente, y se repiten de año en año porque ya quedan asociados a esa marca". Y luego, cuenta, se le puede dar un aire más actual gracias a los arreglos, que sirven también para adaptar la melodía a las distintas situaciones. Chill-out para antes de la presentación, sinfónica para momentos solemnes o dance para situaciones informales.

Sin embargo, no todas las empresas tienen una melodía propia como seña de identidad, y ni siquiera en el resto de Europa está muy extendido. Es más territorio de compañías estadounidenses y no de todas. "Algunas han recurrido a melodías ya existentes, como el Banco Santander, que usa una música de circo, pero que todo el mundo identifica con ellos, o Iberdrola, que también compró una librería que ya existía. Y otras ni siquiera son buenas. ¿Quién es capaz de repetir la música del Windows, y todo el mundo la asocia con Microsoft", señala Pacho en plena evangelización.