La apertura del mercado interno es una de las condiciones del entorno que estudia el Proyecto GEM. Se refiere a la flexibilidad en los acuerdos comerciales que permiten a las nuevas empresas o a las que están creciendo adaptarse a los cambios constantes del mercado y reubicarse estratégicamente para poder competir mejor pudiendo reemplazar con facilidad a los proveedores, subcontratistas o asesores existentes. En este sentido, los autores del informe destacan dos aspectos muy claros: la capacidad de reacción ante los cambios y la existencia de barreras de entrada.

En el último Informe Ejecutivo del Proyecto GEM Extremadura se explica que en los últimos cuatro años los indicadores de esta condición de entorno se muestran de forma diversa. En un principio todos parten de una situación por debajo del valor central (tres en una escala del uno al cinco), pero en el 2006 se observa que dos de ellos, referidos a la existencia de barreras de entrada, han pasado a ser valorados positivamente por los expertos: la efectividad y el cumplimiento de la legislación antimonopolio y la posibilidad de entrar en nuevos mercados por parte de las empresas jóvenes y en crecimiento sin que sean bloqueadas de forma desleal por las ya establecidas. Los otros dos ítems que reflejan los obstáculos a la entrada a nuevos mercados siguen en negativo. Son los que indican que las nuevas empresas tienen aún dificultades para asumir los costes de entrada al mercado y que cada vez tienen menos facilidades para acceder a ellos.

Por otro lado, los indicadores que reflejan la capacidad de reacción del mercado, son los que tienen los valores negativos más alejados de la media, y además, los mantienen más o menos constantes a lo largo del tiempo, ya que no parece que ni los mercados de bienes y servicios para las empresas ni los de consumo cambien drásticamente de un año para otro.