James Cameron rinde culto al 3D. El cineasta, junto a otras vacas sagradas como Steven Spielberg, George Lucas y Peter Jackson, confía ciegamente en la nueva tecnología que permite ver las películas con relieve. El 3D es, en su opinión, la tercera revolución del cine tras el paso del mudo al sonoro y del blanco y negro al color.

A pesar de todo, Cameron está convencido de que Avatar (película que ha costado la friolera de 210 millones de euros) no debe venderse solo como "un experimento en 3D". "Lo importante, dice el taquillero cineasta, son sus valores como película, incluyendo el guión, las imágenes y el reparto".

La idea original era estrenar solo en salas 3D. Sin embargo, al final, se hará en salas convencionales también. "Una película, concluye, debe ser una buena película independientemente de que haya sido concebida como una cinta en 3D o en 2D".