No llovía, pero el piloto de trial Adam Raga acabó empapado hasta el tuétano. El doble campeón del mundo (y cuádruple indoor), acudió con su inseparable moto como invitado a una boda en Castellón. Y al crack de Ulldecona (Tarragona) se le ocurrió hacer una exhibición, unos saltitos por aquí y por allá, pero no calculó bien y acabó en el agua. El, trajeado como nunca, y su fiel moto.