La alfombra roja del teatro Kodak ha sido en esta edición de la entrega de los Oscar menos atrevida y brillante que en años anteriores. La mayoría de las actrices optaron por los colores discretos, los tonos maquillaje, grises y azules pálidos. Triunfaron los trajes ceñidos estilo sirena y los escotes palabra de honor. Los pendientes y pulseras de brillantes y los broches de gran tamaño fueron los complementos preferidos de las protagonistas.

Penélope Cruz lució un ajustado vestido granate de Donna Karan con escote palabra de honor. Con un moño alto acompañado de unos pendientes en forma de lágrima, un anillo y pulseras de brillantes de Chopard, Cruz fue una de las más elegantes.

Marchesa firmó el vestido azulón con bordados de Swarovski de la inmensa Gabourey Sidibe. Jennifer Lopez eligió un traje de Armani Privé en color perla brillante con los hombros al aire, faldas vaporosas y adornos en cristales de Swarosvki.

Cameron Diaz estaba espectacular con su vestido dorado de Oscar de la Renta. Mientras Charlize Theron, con un ceñido traje en tonos malva de Dior, consiguió que todas las miradas se dirigieran a sus pechos cubiertos con apliques florales. Menos afortunada fue la elección de Melanie Griffith, que optó por un Versace negro de brillos que no terminaba de sentarle bien. Demi Moore apareció con un Atelier Versace con el cuerpo drapeado y volantes rematados por una gran rosa. Y Sarah Jessica Parker echó mano a un Chanel Couture amarillo pálido.