Sir Paul McCartney se aloja desde la noche del martes en la suite real del Hotel Dan de la ciudad de Tel-Aviv, una habitación por la que han pasado desde Michael Jackson a Madonna, Roger Waters y Bill Clinton. Muy lejos de las penurias pasadas al inicio de su carrera en Hamburgo, en los días de bocadillos y anfetaminas, tiene a su disposición un mayordomo y un cocinero. Un amplio dispositivo de seguridad protege el hotel, donde ha reservado 21 habitaciones más para parte de los colaboradores que le acompañan, dice la prensa local. Quien quiera ver al más famoso de los dos beatles que quedan con vida tendrá que pagar entre 100 y 1.000 euros. Ayer se habían vendido 40.000 entradas.