La polémica cantante británica Amy Winehouse (foto) dejó por unas horas la clínica londinense en la que sigue un tratamiento por su adicción a las drogas y se presentó en la embajada estadounidense para continuar con los trámites para obtener el visado que le permitiría asistir, el domingo, a la ceremonia de los Grammy. De conseguir su visado, Winehouse podría recoger hasta seis premios.