Ana García-Siñeriz se describe como "un ser humano curioso". De ahí que no extrañe que se haya aventurado, una vez las circunstancias fueron las idóneas, a publicar su primera novela, Esas mujeres rubias (Planeta). "Siempre he querido emprender este proyecto, soy una consumidora voraz de libros. Pero nunca tenía el tiempo, ni la resolución y la constancia para hacerlo", explica la presentadora de Cuatro.

Aunque el título pueda parecer indicar que el libro está dedicado solo al público femenino, la periodista lo niega. "Creo que hay hombres a los que les interesa lo que les ocurre a las mujeres", sostiene. La protagonista de la historia es una morena rodeada por mujeres rubias. "Ese color simboliza lo extraordinario, todas ellas han tenido vidas apasionantes". Buena parte de la novela se desarrolla en una mansión de Vallvidrera, zona barcelonesa en la que vivió un tiempo. "Mi casa me ayudó a recrear el ambiente. Cuando vivía ahí me interesé mucho por las historias que pasaban en ese lugar", recuerda.

Del proceso de escritura rememora que fue laborioso. "A duras penas conseguía mantener una dinámica de trabajo. Me costaba mucho concentrarme. Ha sido un año y medio intenso". Un tiempo en el que apenas pudo leer a otros autores porque es "permeable como una esponja", aunque sí se empapó de teoría. "Tenía curiosidad por ver cómo lo hacían los otros escritores", confiesa la periodista.

Pero esta novela no es lo único nuevo que le ha sucedido a Ana García-Siñeriz este año. Desde enero presenta cada mañana Matinal Cuatro , un programa que le obliga a levantarse a las 2.30 de la madrugada. "Antes me dormía en maquillaje después de comer y ahora lo hago a las 5.30", bromea. Aunque parece que lo lleva con estoicidad: "Cuando llego a casa me doy como premio ver una película".

SIN ACTOS SOCIALES Tiene suerte de que sus dos hijos ya están de vacaciones, porque antes apenas los veía. "Siempre intento irme a dormir más tarde de las 6.30 por ellos. No lo llevan mal, aunque a mi marido solo le veo el fin de semana", lamenta. Otro cambio en su día a día es su agenda social. "La gente te llama para actos de todo tipo y aunque venga aquí George Clooney, yo me tengo que ir a la cama", dice.

Matinal Cuatro es un programa distinto al magacín vespertino que acostumbraba a hacer, pero asegura que se divierte igualmente. Tampoco cambia su pudor a verse en televisión: "Nunca me miro. Hay gente que es narcisista y se les cae la baba viéndose. Yo nunca me acostumbraré". Y en su opinión, parece que bien que hace: "Así no me estudio, porque cuando lo haces pierdes naturalidad y acabas siendo un robot encorsetado".

Para el futuro, la periodista ya tiene "otro proyecto editorial concreto" y, aunque dice que actuar no es lo suyo, sí comenta que se vería escribiendo un guión cinematográfico.