Las matemáticas no cuadran. 1,6 millones de personas estaban pegadas ayer a su correo electrónico esperando uno de los 8.750 mensajes que daban, tras un sorteo, dos entradas a cada receptor para asistir mañana al homenaje a Michael Jackson en el Staples Center y el Nokia Theatre de Los Angeles. Y eso dejaba huérfanos de un adiós en vivo a su ídolo a casi el 99% de unos de los fans más entregados de la música, muchos de los cuales parecen dispuestos a saltarse las advertencias de las autoridades y convertir el centro de la ciudad californiana en su territorio.

Earl Paysinger, uno de los jefes de la policía, calculaba que hasta 700.000 personas podrían intentar alcanzar el área, por más que se haya establecido un perímetro vallado en el que solo pueden entrar los 300 medios acreditados, quienes tengan la entrada y un brazalete especial, y quienes puedan demostrar que viven o trabajan en los edificios cercanos al Staples y el Nokia.

Y esas estimaciones solo ratifican la entrega de unos fans llegados de todo el mundo y dispuestos a retar a una policía que ya trató con dureza a quienes intentaron los primeros días, tras la muerte de Jackson, rendir homenaje en su estrella en el paseo de la fama de Hollywood.

Para la segunda mayor ciudad de EEUU, el memorial de homenaje al músico es un quebradero de cabeza, sobre todo porque quien debe pagar la factura es un municipio con un déficit de casi 380 millones de euros.

Mientras se esperan noticias sobre el formato del homenaje de mañana, Madonna rindió el suyo propio el sábado en el O2 de Londres, el mismo escenario donde el autor de Thriller debía regresar con su serie de conciertos This is it . Frente a una pantalla con la imagen de un joven Jackson, la ambición rubia cedió escenario a un imitador del músico que recreó algunos de sus pasos. Antes de volver a cantar, Madonna exclamó un "larga vida al rey" y pidió un aplauso para "uno de los mayores artistas que el mundo ha conocido".

Los investigadores están centrando su atención en cinco médicos que le permitieron mantener su adicción a fármacos y tratan de revelar quién le recetó el potente anestésico Diprivan, cuyo uso es extremadamente peligroso y complicado. Y los tabloides siguen escarbando. El británico News of the world ha colgado un vídeo inédito con una declaración que Jackson hizo en 1996 en un juicio por una demanda laboral en la que sus gestos y sus palabras muestran incomodidad ante las preguntas sobre presuntos abusos sexuales a menores.