Barney, la mascota de George Bush, no ha encajado bien su marcha de la Casa Blanca, a juzgar por el mordisco que dio a un periodista que iba a acariciarlo (foto). Mientras, el cachorro que Barack Obama prometió a sus hijas ha provocado un debate en internet, sobre si debe ser de pura raza y si debe ser comprado o rescatado de un refugio.