Una bandera de barras y estrellas ondea ya en la entrada del Hotel Villa Padierna como deferencia a las Obama. La familia del presidente estadounidense llegará mañana miércoles a un recinto donde los servicios de seguridad parecen más secretos que nunca. Y en la espera, todos en la Costa del Sol tratan de beneficiarse, aunque sea de refilón, del paso de Michelle Obama y su hija Sasha. Una visita con un impacto publicitario valorado en 800 millones de euros según una agencia de comunicación.