Una de las razones del enfrentamiento entre Veronica Lario y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que esta semana se transformó en una aparente telenovela político-conyugal, sería la herencia del magnate italiano, de casi 73 años.

Noticias de la prensa italiana, como el diario La Repubblica y Corriere della Sera , cifran en 8.000 millones la herencia a repartir entre los cinco herederos del político, dos hijos del primer matrimonio y tres del segundo. Otras fuentes doblan o cuadruplican el valor del patrimonio.

Marina y Piersilvio ya ocupan cargos públicos en el grupo Fininvest, en la editorial Mondadori y en el grupo televisivo Mediaset --controlado a su vez por Fininvest-- respectivamente. Eleonora, Barbara y Luigi, hijos de segundas nupcias, habrían obtenido solo participaciones del 7,6% del imperio económico, pero ningún cargo, es decir la posibilidad de influir en la marcha de las empresas. Además, estaría aún por repartir el 65% del grupo que permanece en manos de Berlusconi, además de las propiedades inmobiliarias.

Una suma que, en total, ascendería a más de 5.000 millones de euros. Según las filtraciones, Berlusconi quería dividir su patrimonio en dos partes: el 50% a los hijos del primer matrimonio y el resto para los tres del segundo. Pero estos últimos, que han cumplido ya los 18 años, no están de acuerdo y reivindican un cargo en el grupo. Lario administra una financiera propia (Il Poggio), que controla inmuebles en Milán, Bolonia, Nueva York y otras ciudades. Las razones del supuesto litigio serían debidas a que Lario desea que el padre de los cinco hijos reparta, en partes iguales la herencia, sin distinciones entre los herederos.