"Me he traído unas bailarinas de Adís Abeba para no estar solo en el escenario y, además, así podré escaparme al camerino a fumar un pitillo mientras ellas danzan", bromeaba Pepe Rubianes en la presentación de La sonrisa etíope, el espectáculo que desde mediados de enero ha llenado de risas, colorido y rugidos de Africa la sala 1 del Club Capitol de Barcelona.

El domingo, el actor, director y acérrimo fumador compartió con su público la última sesión antes de iniciar, ayer, el tratamiento para el cáncer de pulmón que los médicos le diagnosticaron hace pocos días y que le ha obligado a suspender todas las funciones y la gira estival que tenía proyectada con más de 60 actuaciones por Cataluña y Mallorca.