Carla Bruni demostró ayer, una vez más, que no es una primera dama al uso. La exmodelo y cantante acudió a la entrega de los trofeos de la primera regata Virginio Bruni-Tedeschi muy ligera de ropa, con una camiseta semitransparente que, a trasluz, dejaba ver algo más que unos hombros bien torneados. No era un acto oficial, pero su atrevida e informal vestimenta --pantalón deportivo y sombrero panamá-- contrastaba con la de Nicolas Sarkozy, con camisa blanca y americana azul marino. El presidente francés acompañó a su mujer al acto celebrado en Cap Nègre (Costa Azul), donde se halla la residencia de verano de los Bruni-Tedeschi. Se trataba de los premios dedicados al hermano de Carla, fallecido en el 2006 víctima del sida. Desde su llegada al Elíseo, Bruni acostumbra lucir en público ropa más bien recatada para romper con su pasado mundano. Pero no es la primera vez que rompe los códigos. Poco después de casarse con Sarkozy se publicó una foto de ella desnuda puesta en venta por una casa de subastas.