Los fastos ecológicos del príncipe Carlos siempre resultan incongruentes con el mensaje que pretende lanzar. El heredero al trono británico se halla embarcado desde el lunes en un tour verde, a bordo del tren real, que arrancó en Glasgow y le llevará por cinco ciudades británicas. Un viaje, que el rotativo The Guardian ha calificado de "opulento" y contradictorio con el mensaje ecologista que predica.

La gira forma parte del proyecto START, en marcha desde principios de año, cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre el despilfarro de recursos y energía. Carlos ha querido transmitir personalmente el mensaje por Escocia, Inglaterra y Gales. La campaña, que costará 2,4 millones de euros anuales, propone viajar en transportes poco contaminantes, como el ferrocarril, o la bicicleta, utilizar una moda sostenible o reducir basura usando con los bebés pañales tradicionales en lugar de los desechables. "No se trata de dar lecciones ni de asustar a nadie", ha dicho el príncipe.

VIAJE DE 100.000 EUROS Tan acertados consejos no cuadran, sin embargo, con los ocho vagones que tiene el tren real, para tan solo 14 pasajeros. Dentro hay dormitorios con cuartos de baño, un gran comedor y un despacho en el que recibe a las personalidades y representantes de comunidades locales que irán encontrando durante la ruta. La decoración incluye cuadros y grabados, así como un retrato de la fallecida reina madre. Carlos se desplaza acompañado de tres ayudantes, varios miembros de la seguridad y cuatro encargados de prensa. El viaje costará casi 100.000 euros, lo que ha suscitado un aluvión de críticas.

El tren funciona, además, con bio-fuel, un carburante que a juicio de algunos ecologistas no es el más limpio que existe. Un ayudante de Carlos ha respondido a las acusaciones de opulencia de los carruajes reales afirmando que toda la decoración de los vagones es "simple y funcional". "El príncipe cree que como centro de reuniones en movimiento el tren, es una herramienta".

Entre las personas a las que el heredero invitará están unos estudiantes de Manchester, que han preparado un show de ropa reciclada. También tiene previsto tomar el té en Nottingham con un jubilado que ha puesto paneles solares en su casa. En Bristol, recogerá a su esposa, Camila, quien le acompañará hasta Londres, donde terminará el viaje. En otoño, Carlos publicará un resumen de su filosofía ecológica, en un libro titulado Armonía, que irá acompañado de un documental del mismo título.