Cécilia Sarkozy rompió ayer el silencio. "Lo he intentado todo, pero no ha sido posible", manifestó en referencia al final de su matrimonio en la primera entrevista concedida a un diario tras divorciarse, el pasado lunes, del presidente de Francia. "Lo que me ha ocurrido le ha pasado a millones de personas: un día no encuentras tu sitio en la pareja", se justifica la ya exesposa de Nicolas Sarkozy. Cécilia explica que intentó poner por delante su deber y su familia cuando, hace un año, regresó al lado de su marido tras marcharse a Nueva York con un publicista. La exprimera dama de Francia admite haber "conocido a alguien" en el 2005 y haberse "enamorado". Su aparición entonces en la portada de Paris Match con Richard Attias le costó el puesto al director de la revista, propiedad de un íntimo de Sarkozy.

Cécilia afirma que ahora su deseo es "vivir en la sombra". No le será fácil. Los editores de revistas admiten que las ventas aumentan cada vez que Cécilia, a punto de cumplir 50 años, sale en portada. "Soy alguien que ama la serenidad, la tranquilidad", afirma la exconsorte del presidente. "No me veo de first lady, me fastidia", llegó a afirmar.

Cécilia vivirá en París para criar al hijo de la expareja, de 10 años, cerca de su padre. El presidente reaccionó de forma virulenta cuando se le preguntó si compartía las explicaciones de su exmujer.