Se han ganado a pulso, y a golpe de escándalos, el título de la pareja más polémica de Hollywood. Si hace dos meses aparecían en las portadas de las revistas tras una pelea el día de Navidad durante unas vacaciones en Aspen (Colorado), ahora el matrimonio formado por Charlie Sheen y Brooke Mueller vuelve a ser noticia, al ingresar por separado en un centro de rehabilitación para afrontar sus problemas con el alcohol y las drogas.

Más allá de sus logros profesionales, Charlie Sheen es conocido por un pasado de escándalos. Borracheras, consumo de drogas, sumas ingentes de dinero gastadas en prostitutas y episodios violentos con otras parejas forman parte de su expediente. Ahora, el actor neoyorquino ha entrado en una clínica de forma "preventiva", según palabras de su representante, para evitar caer en el infierno de las drogas.

Una semana antes, fue ella la que ingresó en The Canyon, una clínica privada de Malibú para famosos que buscan desengancharse de las drogas. Ya lo había intentado otras veces, la primera en el 2001, pero siempre acababa recayendo. "Ultimamente había estado bebiendo mucho y fumando crack", asegura la revista People , citando fuentes cercanas a la actriz.

El actor ha tenido que abandonar el rodaje de Dos hombres y medio , la comedia más popular de la televisión en EEUU, lo que ha obligado a la CBS a interrumpir de forma indefinida su producción. "Le deseamos lo mejor mientras resuelve sus problemas personales", aseguraban el jueves desde Warner Bros.

Agresiones, amenazas y lesiones. Son los tres cargos que pesan contra el actor por lo ocurrido en Aspen. Según la denuncia interpuesta por Mueller, en una discusión ella le amenazó con pedirle el divorcio y llevarse a los gemelos nacidos el año pasado. El le puso un cuchillo en el cuello y le dijo que iba a matarla.