Ha conjurado al buen tiempo y de momento no le podría ir mejor. Con la canción Todo irá bien como autobiográfico santo y seña, el nuevo disco de Chenoa, Absurda cenicienta, ha entrado directamente en el segundo puesto de las listas de ventas. Entre Bruce Springsteen y el espectro de Pavarotti. Y puestos a ahuyentar viejos fantasmas, ha logrado sobrevivir al estatus de ex de Bisbal y salir indemne de rumores. "No estoy muy pendiente de caer bien, sino de ser yo. Y si a alguien no le cuadro tampoco pasa nada, porque somos tantos y tan diferentes que nos tenemos que aceptar. La tolerancia es dejar que cada uno sea él, te guste o no", dice Chenoa.

Ahora ha encontrado su media naranja musical, el guitarrista y productor Alfonso Samos, junto al que compone todas las canciones de este cuarto disco en estudio. Y en lo personal prefiere seguir sola. "Disfruto mucho de esta época de soltería. ¿Quién ha dicho que no se puede ser soltera y feliz? Me permite centrarme en la música y el poco tiempo que tengo lo aprovecho para ir a ver a mis padres a Mallorca", explica.

Hace unos meses se paseó por los platós un sujeto que decía ser su verdadero padre. Ella no entró en el ring mediático, aunque sí se hizo las pruebas para desmentirlo y no se ha vuelto a saber nada de él. "¡Que trabaje! Fue un mal trago, pero he preferido dejar las cosas claras". Y no se plantea tener descendencia: "Aún me queda tiempo. Ahora puedes esperar a los 35, 36, 37, 38.... ¡Mira la Halle Berry!".

Aunque prima el tono desenfadado, el disco trata cuestiones espinosas, como la anorexia en Dieciséis, o la vivienda, en El bolsillo del revés. "Cuando vivía en un estudio de 50 metros cuadrados lo consideraba pequeño, y ahora es para muchos un lujo", dice.