La veterana actriz Claudia Cardinale desveló ayer sus armas de seducción. Y también de intérprete. Porque su estrategia con el cine ha sido idéntica a la que ha usado con los hombres. "Decir no, no, no. Y ellos, el cine y los hombres, volvían a por mí".

La que fuera musa del cine italiano de la irrepetible década de los 60 tiene 71 años. Ayer viajó a Madrid para presentar Claudia Cardinale, mi Túnez (ediciones Timeo), un libro a medio camino entre la biografía (nació en Túnez de padres italianos) y la literatura de viajes. La protagonista de joyas inmortales como 8 y medio (Federico Fellini, 1963) y El gatopardo (Luchino Visconti, 1963) apareció ante la prensa con un elegante traje de chaqueta color crema y unas gafas de sol, que solo se quitó (y mordisqueó) cuando posó, muy coqueta, ante los fotógrafos.

Cardinale vivió en Túnez hasta que cumplió los 17 años. Su salto a la fama vino después de aparecer en una película en la que interpretaba a una mujer que siempre llevaba un velo. En una escena, el viento se llevó el velo y ahí "apareció Claudia Cardinale". Y ahí "reventó la pantalla". Palabras textuales. Después de Túnez, el bellezón Cardinale fue a trabajar a Italia y a muchos otros países hasta convertirse en una chica pegada a una maleta. ¿Y ahora? ¿Quién es ahora Claudia Cardinale? "Una vieja actriz del mundo que sigue teniendo la misma energía que cuando tenía 20 años".

Su comparecencia ante la prensa duró unos escasos 30 minutos. En todo ese tiempo, la actriz no paró de sonreír. Incluso, cuando le preguntaron sobre el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. "No quiero comprometerme a nivel político. Además, vivo en París". Bien, pues ¿qué opina de Nicolas Sarkozy (presidente francés)?, le insistieron. Y ella volvió a sacar sus armas de mujer: "No, no, no".

Algo más habladora estuvo cuando salió el tema de todos los galanes con los que se codeó en la vida real o en la pantalla. "Fueron muchos, muchos. Me es imposible escoger a uno", aseguró recordando a Paul Newman, Rock Hudson y Steve McQueen. Se olvidó de un actor que sí está vivo y con el que sigue en contacto: Alain Delon, símbolo sexual del cine francés de los años 70 y con quien formó una pareja eterna gracias al cine.

Los viejos tiempos estuvieron bien. Pero ya pasaron. "El cine antes era un sueño, una aventura, mientras que ahora es solo negocio", criticó la actriz. A pesar de todo, Cardinale desveló otro de los secretos que la mantienen en buena forma: "No mirar nunca hacia atrás. Solo al presente y al futuro".