Con derivados del vino y el queso. Así funciona el coche preferido de Carlos de Inglaterra. Desde que se lo regalara su madre, cuando cumplió 21 años, el príncipe jamás se ha desprendido de su Aston Martin DEB5 (foto). El precioso descapotable, similar al que luciera el James Bond Sean Connery en la película Goldfinger, no era un modelo de consumo ecológico. Ahora las cosas han cambiado. El heredero al trono ha modificado el motor del vehículo, que desde el pasado año está funcionando con bioetanol. El carburante está fabricado con un producto derivado del queso y "con excedentes de vino inglés", según dijo sir Michael Peat, secretario particular del príncipe.

Los que han visto de cerca el invento aseguran que el humillo que sale del tubo de escape no huele ni a Cheddar ni a Savignon, sino más bien a vodka. El resto de la flota de Carlos, dos Jaguars, dos Audis y un Land Rover, han sufrido una transformación similar. Las emisiones principescas de dióxido de carbono se han reducido así en un 18%.

Lástima que lo ahorrado por el padre lo derroche el hijo. El Ministerio de Defensa británico ha revelado que los últimos cinco vuelos en helicóptero de Guillermo costaron 63.000 euros. Utilizó, por ejemplo, un aparato Chinook para ir a la despedida de soltero de su primo, Peter Phillips, en la isla de Wight. En otro viaje, el hijo mayor de Diana se posó en el jardín de la casa de su novia, Kate Middleton, en Berkshire, donde toda la familia contempló la escena.