Disney prohíbe el humo, así que la imagen de una de sus más memorables fumadoras, Cruella de Vil, quedará para el recuerdo. El suyo ha sido el anuncio más explícito realizado por un estudio de Hollywood hasta la fecha. Ya nadie fumará en sus películas familiares ni en los filmes estrenados por sus sellos Touchstone y Miramax. "Un villano puede ser malo sin fumar, lo mismo que un héroe puede ser atractivo sin un pitillo", dijo el miércoles su presidente, Robert A. Iger, que con esta medida convierte a la compañía en la primera que prohíbe el tabaco en una de las industrias que más adora el humo. Un estudio realizado por la Universidad de California en abril demuestra que alguien aparece fumando en el 75% de las películas actuales (porcentaje que aumenta hasta el 90% cuando se trata de filmes clasificados R, en los que los menores de 17 años deben ir acompañados por un adulto). Y que los niños expuestos a estas imágenes corren un riesgo tres veces superior de convertirse en potenciales fumadores que quienes no las ven.

SATISFACCION En abril, Universal Pictures puso en marcha una política encaminada a reducir o eliminar los pitillos en las cintas para jóvenes. Otros estudios también han contemplado la posibilidad de acabar con el pitillo, aunque respetando la libertad creativa de los directores.

Pero de momento el más claro ha sido Disney, cuyo anuncio ya se celebra en el Congreso y entre los grupos antitabaco. "Es un avance histórico", ha dicho el demócrata Edward J. Markey, presidente del subcomité de telecomunicaciones e internet de la Cámara de Representantes, que en junio organizó debates sobre cómo afecta este vicio a los jóvenes desde la gran pantalla.

La que no está tan satisfecha es American Legacy. Esta asociación cree que la decisión de Disney se queda corta por no haber aclarado cuáles serán las medidas concretas que tomará en las películas adquiridas para su distribución. En cualquier caso, el anuncio se produce dos meses después de que la poderosa Asociación Americana del Cine (MPAA) haya decidido tener en cuenta la presencia de fumadores en pantalla para determinar a qué público se dirigen los largometrajes a la hora de clasificarlos. Un criterio que se suma a los ya habituales de violencia, sexo o lenguaje ordinario.

Además, para Disney es una win-win situation, como dicen en EEUU cuando todas las partes ganan. A saber: con esta decisión la compañía refuerza su buena imagen, pero es que la prohibición se refiere a sus filmes familiares, donde rara vez aparece alguien fumando. De hecho, Dave Smith, que trabaja en los archivos de Disney y conoce de memoria casi cada escena de la factoría, solo recuerda un puñado de imágenes con humo como la villana de 101 dálmatas Cruella de Vil o la oruga fumadora de Alicia en el País de las Maravillas. Disney prohíbe el humo, pero es que siempre tuvo muy poco.