Alain Delon y Santiago Segura explotaron ayer la química que les une durante la presentación de Astérix en los Juegos Olímpicos, que se estrenará mañana en España después de haber triunfado en la taquilla francesa y haber cosechado críticas no tan buenas. En la película, Delon interpreta a la máxima autoridad romana, Julio César, mientras que Segura se mete en la piel de un devoto de Brutus, el cruel hijo adoptado de Julio César. "El cine une a los países mientras que el fútbol los separa", bromeó Segura.

Consciente de que estaba sentado al lado de un mito, el actor, director y presentador español bromeó con su fama y aseguró que se siente tan admirado por el público como Delon.

El que fuera mito sexual del cine francés recordó que se despidió del oficio "más bello del mundo" hace la friolera de 10 años. Desde entonces, solo ha hecho televisión y teatro. Sin embargo, dijo que sí a la nueva entrega de Astérix, que tiene un presupuesto de 75 millones de euros, porque el guión le encantó. Y volverá a decir sí quiero a cualquier otro proyecto que le guste lo suficiente. "Estoy abierto a cualquier propuesta cinematográfica. Solo los imbéciles se pierden algo que les puede gustar por haber tomado, en su día, una decisión tajante", destacó. Y lanzó un deseo: "Espero que alguna gran personalidad me llame. Por ejemplo, Steven Spielberg y Pedro Almodóvar".

Bajo la mirada de Segura, el protagonista de Rocco y sus hermanos dijo que se emociona cuando la gente le da las gracias por sus películas. "En mi oficio, lo normal es que el público te ame. Si no, tendría que haber cambiado de profesión", aseguró.