El mundo de la moda anda revuelto. Un día después de darse a conocer que la Cámara Nacional de la Moda Italiana había vetado del calendario oficial de la Semana de la Moda de Milán a Elena Mirò, firma especializada en tallas grandes, los colegas de Elena Miroglio, responsable de la marca, salieron a criticar la exclusión. Sorpresa, indignación, enfado... Los diseñadores no entienden la decisión y apoyan la presencia de marcas de tallas grandes en las pasarelas. Elena Mirò presentó ayer sus propuestas fuera del recinto, en la Escuela Oficial Militar de Teulié. Perdida la batalla en la pasarela oficial, venció en la guerra mediática con un pase que incluyó biquinis y que volvió a hacer honor a uno de sus lemas más celebrados: curve-à-porter .

Mirò fue excluida con otras diez firmas con el apoyo unánime de la llamada mesa de estilistas, donde figuran Armani y Dolce & Gabbana. Pese a ser reputados modistos, las voces en contra de la decisión fueron unánimes. Vicenç Mustaró, coordinador de la pasarela barcelonesa 080, defendió que las propuestas de Elena Mirò son "absolutamente necesarias". "El prªt-à-porter está gravemente tocado y, para salvar la situación, las pasarelas toman decisiones incorrectas como esta". Su colega en Madrid, Leonor Pérez-Pita, directora de la pasarela Cibeles, le secundó: "Se han equivocado. Elena Mirò hace un trabajo importante porque hay millones de mujeres que se identifican con las tallas grandes".

Antonio Miró, quien se definió como "un defensor de las tallas grandes", habló de "equivocación". "Siempre tiene que haber libertad y no hay que excluir a nadie, y menos a este tipo de moda". Precisamente a las libertades se refirieron Josep Maria Donat y Totón Comella, responsables de TCN. "No se puede fumar, no se puede correr, no se pueden tener tallas grandes... El veto ha sido una salvajada", se quejaba Donat. Su mujer continuó el hilo del discurso: "Es de locos. A este paso, para ir a buscar trabajo nos tendrán que medir, y si somos gordos no nos querrán". Para Josep Abril, la exclusión de Elena Mirò fue "absolutamente injusta".

Por su parte, el consejero delegado de Basi, Lluís Juste de Nin, afirmó: "Esta medida es una agresión a la razón, me parece increíble. Dice mucho de las élites que dirigen esta pasarela".