Una de las parejas estrella de la ópera se ha roto. La glamurosa diva rumana Angela Gheorghiu y el apuesto tenor francés Roberto Alagna, que se ganaron el apodo de Bonnie & Clyde del circuito internacional, han partido peras. Ella, excelente soprano, y él, volcánico tenor de ascendencia siciliana, han anunciado que preparan su divorcio tras 13 años de convivencia, aunque hacía dos que se habían separado por infidelidades mutuas. La pareja, que algunos comparan con la de Liz Taylor y Richard Burton, limpia sus trapos sucios en la prensa. Mientras él declaraba al diario Le Figaro que "Angela no quiere hablar de divorcio", ella daba otra versión a Il Corriere della Sera.

Gheorghiu asegura que fue ella quien presentó la solicitud de divorcio. "El me llama a diario, quiere que vuelva con él. Pero ambos hemos sufrido mucho con esta relación. El divorcio será lo mejor para ambos", confiesa la cantante. "No volveré con él. Lo he intentado todo para salvar nuestro matrimonio. Ya tuvimos una crisis en el 2003", añade. Confirma que su ruptura se extenderá a lo artístico y que la pésima relación con su familia política ha influido. "El venía de clase humilde y yo en casa siempre fui tratada como una princesa", destaca Gheorghiu. Pero los deslices amorosos y sus celos profesionales también han influido, dicen sus amigos.

El tenor, cuya espantá durante la representación de Aida en la Scala de Milán aún se recuerda, tiene una personalidad compleja y un ego de campeonato, según Gheorghiu. "Es un tipo de hombre que no soporta que su mujer tenga más éxito que él. Cuando grabé el disco de Madama Butterfly desapareció 10 días. Pero estaba al tanto de todos mis movimientos, no fuera que le traicionase...".

Su relación es tan jugosa que varios compositores piensan convertirla en ópera. El norteamericano William Maselli prepara Draculette, apodo de ella en el circuito operístico, y el rumano Vladimir Cosma, Bonny & Clyde. "Al principio pensé, ¿pero cómo se atreven? Pero después me dije: si la música es buena, cantaré ambas. Ahora, solo necesito un tenor", declara esta vampiresa.

Pero la verdad es que no es cosa fácil ser pareja en el mundo de la ópera. Que se lo pregunten a la soprano española Ainoha Arteta que se divorció del barítono Dwayne Croft o a la rusa Ana Netrebko, que tras romper su noviazgo con el tenor mexicano Rolando Villazón ha hallado la estabilidad con el barítono uruguayo Erwin Schrott.