La polémica ronda a Luisa Isabel Alvarez de Toledo, conocida como la duquesa roja, incluso después de su muerte. Para corresponder a la entrega y dedicación que su secretaria personal y amiga más cercana, Liliane Dahlmann, había tenido con la Fundación de la Casa Medina-Sidonia, la aristócrata decidió nombrarla presidenta de la entidad. El periódico Diario de Cádiz ha confirmado los rumores al apuntar incluso que ambas habrían contraído matrimonio en las últimas horas de vida de la duquesa, lo que se interpreta como un intento de garantizarle, además, el derecho a la herencia después de más de tres lustros juntas.

La alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, declaró que "la voluntad de doña Luisa Isabel era que Liliana fuera la presidenta de la fundación. Estuvieron codo con codo, y lo sensato es que se cumpla su voluntad".

Sus tres hijos se han referido a ella en algunos medios como "la viuda de mi madre", pero la alcaldesa se ha negado a confirmar o desmentir que unas horas antes de fallecer, la aristócrata se acogiera a matrimonio en in articulo mortis . "Pertenece al ámbito privado", dijo la edil.

Heredera de la casa ducal más importante de España, al ostentar el primer ducado hereditario que se concedió (1445), Luisa Isabel se casó en 1955 con José Leoncio González de Gregorio y Martí, y tuvo tres hijos: Leoncio, Pilar y Gabriel González de Gregorio y Alvarez de Toledo. Casualmente, su fallecimiento, el pasado 7 de marzo, se produjo apenas unas semanas después de la muerte de su expareja.

"Su obsesión era hacer la historia conocida por todos, y pensaba que así se podían prever los desastres en el futuro", subrayan algunos de sus allegados. El archivo histórico de la Casa Medina-Sidonia --de una impresionante riqueza documental y considerado uno de los más importantes sobre la Edad Media y los reinados de Carlos V y Felipe II-- era la vida de las dos mujeres, que mantenían una estrecha relación desde hace más de 25 años. "Las dos se dedicaban a digitalizar los documentos de otro de los archivos que la familia conservaba, el de Los Vélez, con dos ordenadores viejos en los que se dejaban incluso la vista", explican algunas fuentes.

Incluso, recuerdan, que fue Lilianne "la que permaneció velando el cuerpo todo el día, ya que los hijos no llegaron hasta el día siguiente".

PASION COMPARTIDA La íntima amistad entre las dos amigas nació cuando la duquesa regresó a Sanlúcar tras un tiempo de exilio en el extranjero. Alvarez de Toledo se marchó de España tras ser detenida por manifestarse a cuenta de la bomba de Palomares (Almería) y por sus ideas antifranquistas. De la amistad entre ambas da cuenta la descripción que incluye la web de la fundación acerca de quienes la componen. "Se mete en todo, porque es perfeccionista y le gustan las obras bien hechas. Nos exige, pero sobre todo se exige. Pero, qué duda cabe, es el motor de esta institución", explica acerca de la aristócrata la propia Liliane, directora del archivo.

El valioso legado cultural, le ha valido a la duquesa de Medina-Sidonia el reconocimiento como hija predilecta de la provincia, nombramiento que se producirá en el pleno de la Diputación del próximo 19 de marzo.