Activo, muy activo y afable, Ruperto Oliveró (Barcelona, 1948), recibió la propuesta de practicar un chequeo anual al rey Juan Carlos cuando dejó de hacerlos el doctor Josep Maria Gil Vernet. Conoce bien tanto la sanidad pública como la privada. Estudió en la Universidad de Barcelona, se formó en el Hospital Clínico y ejerció durante 20 años en las ucis de Vall d´Hebron. Fundó el Centro Médico Teknon. Ahora impulsa el Centro Internacional de Medicina Avanzada (CIMA), un centro que aspira a no ser solo de la élite.

--¿Es un buen paciente, el Rey?

--Sí. No protesta por nada. Viene muy motivado y colaborador. Atiende todos los consejos que le damos, y eso no siempre es fácil para quien tiene una vida pública tan intensa.

--¿Se cuida?

--Sí. Hace ejercicio. Puede comer de todo y está muy sano. Tiene la salud de un hombre de 50 años, de una persona mucho más joven, aunque está a punto de cumplir 70. Está muy activo, física y mentalmente. Mantiene una gran actividad intelectual, y tiene las ideas muy claras.

--¿Cómo es el chequeo del Rey?

--Participan unos 20 especialistas. El último, se le hizo hace unas semanas. Vino un lunes, durmió aquí, para facilitar la preparación de las pruebas digestivas, y empezamos a las 8.30 horas del día siguiente. Acabamos a mediodía. Su revisión duró lo mismo que la de muchos pacientes.

--¿Cómo entraron en contacto?

--Fue en el 2003, a través de un muy amigo suyo, Josep Cusí. El Rey siempre ha tenido mucha confianza en la sanidad que se hace en Barcelona. Nosotros le ofrecemos un circuito muy rápido, seguro y discreto.

--Usted lleva más de 20 años haciendo este tipo de chequeos. ¿Salvan vidas?

--Muchas. Absolutamente. Hay enfermedades que no dan síntomas aunque las sufras, y eso lo vemos analizando los factores de riesgo. Ocurre así con las cardiopatías, en el caso de las personas fumadoras, o con el cáncer de próstata, que al inicio no molesta.

--Las personas que se hacen este tipo de chequeos suelen tener una economía solvente. ¿Ese sector social vive más que el resto de la población?

--No hay estudios, pero tengo la seguridad de que quien se controla de forma preventiva vive más años y con más calidad de vida. Por otra parte, no creo que los chequeos sean solo cosa de ricos, ni mucho menos. Las mutuas deberían ofrecerlos. En la práctica, les resultarían baratos.

--¿Qué cuesta un chequeo?

--En nuestro centro, unos 1.500 euros, está al alcance de cualquiera. En el siglo XXI, la medicina curativa, que es la oficial, ha quedado obsoleta. Hemos de ir hacia la prevención, hay que poner medios para que no se desarrollen las enfermedades. Si yo hago una colonoescopia de control a una persona sana, le detecto un pólipo y lo extraigo, la prueba le costará 300 euros. Si no la hago y dentro de tres meses esa persona sufre cáncer de colon, la cirugía, el ingreso y la terapia que necesitará multiplicarán aquellos 300 euros.

--¿De qué se compone el control?

--De una analítica muy completa. Pruebas del corazón y de las funciones respiratorias. Ecografía abdominal para observar el hígado, bazo, páncreas y riñones. Ecografía de vesícula y próstata, en los hombres. Mamografía y papanicolau, en las mujeres. Fibrogastroescopia y colonoescopia, que miran duodeno y colon. Si vemos a un fumador, añadimos un escáner pulmonar, y lo mismo con otros hábitos. Todo indoloro. Solo se nota el pinchazo inicial.

--¿Estudian la actitud mental con que la persona se toma la vida?

--A veces, no siempre, hacemos estudios psicológicos. No es fácil conseguir personal cualificado. Sí los hacemos en los chequeos solicitados por empresas que nos piden ese aspecto. Las compañías quieren saber si el señor al que van a contratar tiene manías, es aprensivo y cómo afronta las cosas.

--¿Qué garantiza un chequeo?

--Si todas la pruebas dan un resultado absolutamente normal, si todo está bien, tengo una garantía casi total de que aquella persona está sana. Prácticamente. Si surgen dudas en algún órgano, pido una revisión.

--¿Con qué motivación vienen sus pacientes? ¿Por miedo?

--Hay de varios tipos. Unos, porque son disciplinados e igual que limpian el coche cuidan de su salud. Otros, porque tienen alguien cercano que ha enfermado. A lo que más temen es a morir, al cáncer, a las enfermedades del corazón y al alzhéimer. Por ese orden.

--¿Qué distingue a alguien al que le gusta cuidarse del que es hipocondriaco?

--Es difícil de distinguir. Hay mucho hipocondriaco, es cierto, pero la revisión los tranquiliza. Lo importante es que confíen en el médico. Yo, a esos, les digo: ´estás bien, y hasta dentro de dos años, no quiero volver a verte´. La mayoría, me hacen caso.

--¿A qué tipo de personas recomienda un chequeo?

--A estresados, hipertensos, obesos y fumadores que no practican ningún tipo de ejercicio.

--¿Y en qué situaciones vitales?

--Cuando a un señor lo nombran alto ejecutivo de una empresa y le encargan un proyecto de gran responsabilidad, es la compañía la que pide que le hagamos un chequeo. Por eso analizamos a tantos altos financieros. En cierta forma, es lógico que así sea. Si a esa persona le ocurre algo poco después de acceder al cargo, la pérdida económica y humana que arrastra consigo es importante. Pero, insisto, nos dirigimos a todo el mundo.