No se las esperaba hasta el próximo puente de la Constitución, pero las infantas Cristina y Elena no han podido resistirse a la nieve acumulada estos días en Baqueira-Beret (más de metro y medio y de excelente calidad) y ayer ya estaban esquiando con sus respectivas familias, desafiando, eso sí, al temporal y las bajas temperaturas, que durante todo el día fueron bajo cero.

La noche del viernes se montó el correspondiente dispositivo de seguridad antes de que ambas llegaran en coche, y a primera hora de la mañana del sábado ya subieron a la pista con sus hijos, el marido de Cristina, Iñaki Urdangarín, y un hombre con un anorak amarillo que no se separó de Elena.

FROILAN, EL CABECILLA Estuvieron esquiando hasta las 12.30 horas y, al comprobar que el tiempo se complicaba aún más, optaron por irse antes a comer. Urdangarín pasó antes por la guardería para recoger a la pequeña Irene, el único de los seis vástagos de las dos infantas que aún no se ha calzado unos esquís. El hijo mayor de Elena, Felipe Froilán, fue una vez más el cabecilla del grupo, que como siempre supervisó un monitor.

Se espera que a la estación, que adelantó su apertura el día 22, también suba el resto de la familia real y, sobre todo, el príncipe Felipe y Letizia. Desde que nació la menor de sus dos hijas, Sofía, la Princesa no ha aparecido en Baqueira-Beret. Su primogénita, Leonor, ya ha cumplido los 3 años, edad que los expertos apuntan para que los niños se pongan los esquís.