En momentos de vacas flacas como el actual, vale más mantener la compostura y no alardear en exceso. Sofisticación sí, pero sobria. Esa es la máxima que siguieron a la hora de escoger vestuario la mayoría de actrices que el domingo desfilaron por la alfombra roja del teatro Kodak de Los Angeles. Para brillar ya estaban las joyas.

Como el impresionante juego de pendientes y anillo de esmeraldas colombianas de 115 y 65 quilates, respectivamente, que la diseñadora Lorraine Schwartz prestó a Angelina Jolie. Vestida como es habitual en ella con un diseño del libanés Elie Saab, fue una de las pocas que se decantó por el negro.

Escotes palabra de honor, siluetas de sirena y una paleta cromática que, salvo coloristas excepciones, fue del blanco roto del espectacular Balmain vintage de Penélope Cruz al gris perla del Versace Atelier con cola y mil y un plisados que lució Marisa Tomei. Sarah Jessica Parker, con un conjunto de corpiño y falda de tul de Dior Couture; Nicole Kidman, que escogió un diseño firmado por L´Wren Scott, novia del stone Mike Jagger; y Evan Rachel Wood, de Elie Saab, siguieron al dedillo la tendencia de los tonos crudos. Aunque cambió su vestuario para compartir con Hugh Jackman uno de los números musicales de la gala, Anne Hathaway pisó la alfombra roja al más puro estilo Ava Gardner con un modelo de inspiración grecorromana en seda color marfil y brillos de lentejuelas de la colección Armani Privé. Muestra de la poca originalidad del ropero de esta 81 edición de los Oscar es su semejanza con los modelos que lucieron la actriz cómica Tina Fey y Jennifer Aniston, que como complemento a su Valentino llevó a la ceremonia a su nuevo novio, John Mayer.

Marcando su poderosa y curvilínea figura llegó Beyoncé. Si pretendía hacer publicidad de House of Dereon, la firma que posee junto a su madre, no pudo hacerlo peor. El vestido negro con grandes flores estampadas en dorado no fue solamente poco favorecedor a nivel estético sino, sobre todo, poco acertado y, mucho menos, elegante.

Por otra parte, en el capítulo de desastres no pueden faltar la joven actriz y cantante Miley Cyrus, con un recargado vestido de brillos y volantes impropio para sus 17 años, y una Whoopi Goldberg con un vestido vaporoso con estampado de leopardo.

Fueron pocas, aunque las actrices que se adelantaron a la primavera con estridentes colores llamaron la atención ante la palidez que dominó la alfombra. Heidi Klum repitió en rojo, aunque se mostró más contenida que hace un año.

Amanda Seyfried lo hizo de naranja Valentino. Amy Adams, en rojo de Carolina Herrera. Natalie Portman, en gasa rosa de Rodarte. Y la actriz india Freida Pinto, con un vestido azul cobalto que, si bien recordaba a un sari bollywoodiano , iba firmado por John Galliano.

MODELOS DISCRETOS Fiel a su estilo lánguido y minimalista, la británica Tilda Switon escogió, como es habitual en ella, un discreto modelo de Alber Ebaz para Lanvin. Su rostro, su pálida piel y su estilizada figura hacen imposible que pase desapercibida en este tipo de actos.

Lo mismo le ocurre a Mickey Rourke. No le hacía ninguna falta dejarse la pajarita en casa ni ese traje blanco para llamar la atención. Encantador el detalle de llevar en el pecho un collar con la foto de Loki, el chihuahua recientemente fallecido que le ha acompañado a lo largo de 17 años. Tras la gala, se puso un gorro de cowboy y se fue de fiesta.