La impresionante colección de suvenires que inspira la carismática figura de Barack Obama, desde una sencilla chapa hasta el sofisticado vestido de lentejuelas que se pudo ver la semana pasada en la semana de la moda de París, además de camisetas, carteles, tazas, zapatillas y cómics, es solo una prueba de la realidad de un fenómeno: la obamamanía, que crece a medida que se acerca el 4 de noviembre, fecha de las elecciones a la presidencia de la Casa Blanca.

Pero es que, además del merchandising, hay 206 millones de entradas en Google que contienen su nombre y 400.000 vídeos en YouTube, una lista interminable de caras conocidas que apoyan al demócrata ha logrado que miles de electores se registren para votar, y sigue sumando victorias en los debates electorales.

Joven (47 años) y negro, el senador de Illinois no tardó mucho en convertirse en una superestrella mediática. A finales del 2006 empezó a flirtear con la presidencia de EEUU, y el 10 de febrero lo hizo oficial. En poco más de un año se impuso a Hillary Clinton. Obama ya se perfilaba como el heredero de Martin Luther King y del presidente Kennedy. El Yes we can (Sí, nosotros podemos) es ya un himno de la esperanza que representaba el que puede ser el primer presidente negro de EEUU.