Su apellido ha estado ligado a Hollywood durante décadas. Una dinastía de la que Kirk y Michael son sus principales exponentes. Que derrochan talento nadie lo cuestiona. Pero los Douglas también han estado en la picota por su fama de mujeriegos, su gusto por la mala vida y su coqueteo con el infierno del alcohol y las drogas, que les han jugado más de una mala pasada. El último en unirse a la lista negra es el joven Cameron, hijísimo y nietísimo de dos grandes estrellas, condenado esta semana a cinco años de cárcel por tráfico de drogas.

El abuelo Kirk lleva ya más de medio siglo compartiendo su vida al lado de Anne Buydens, con quien logró sentar cabeza después de un primer matrimonio convulso con Diana Douglas que terminó en sonoro divorcio por su fama de vividor. Sus salidas nocturnas, las borracheras entre rodaje y rodaje y sus continuas infidelidades fueron la comidilla en los círculos hollywoodienses de Los Angeles de los años 40.

Nunca ganó una estatuilla, pero en 1996 se hizo justicia con el Oscar honorífico. Protagonista de más de 70 películas, el patriarca trabajó junto a las actrices más deseadas del momento y a las órdenes de los mejores directores, de Michael Curtiz y Billy Wilder a Vincente Minnelli o Stanley Kubrick. Fue con este último con quien rodó Espartaco, que le consagró en 1960 como uno de los grandes del cine clásico.

Hay quien con razón dice que no le llega ni a la altura del zapato. Pero papá Michael sí se llevó un Oscar por Wall Street. Atravesaba su mujer momento y sus películas eran bombazos de taquilla pero llevaba años lidiando con el alcohol y lo peor estaba todavía por venir. En 1992 quiso desengancharse y más tarde puso de moda la adicción al sexo. Su primera mujer, Diandra, siguió a su lado durante años. Al final se fue de casa y le pidió el divorcio.

Compartieron rodaje en Cosas de familia , en la que hasta el pequeño Cameron tuvo su minuto de gloria. Ambos trataron hace días de interceder ante el juez para que fuera benevolente con el niño díscolo. "Espero poder verlo antes de morir", afirmaba el abuelo, que en diciembre cumplió 93 años. Pero fue el padre quien mejor supo explicarlo: "Algo sé de la presión que sientes al buscar tu propia identidad con un padre famoso. Pero no estaría seguro de poder hacerlo teniendo que lidiar con dos generaciones".

De nada sirvieron sus ruegos, ni los de Catherine Zeta-Jones. El joven pasará cinco años entre rejas por un delito de drogas. Cameron es el último. Pero el infierno de las sustancias prohibidas se cebó años antes con otro miembro del clan. En el 2004 fue encontrado el cuerpo sin vida de su tío Eric, hijo menor de Kirk, hermanastro de Michael. La autopsia despejó cualquier duda: una combinación letal de analgésicos y tranquilizantes mezclados con litros de alcohol.

En los años 80 había intentado sin éxito ganarse un hueco en Hollywood. Eric también hizo sus pinitos en televisión, pero tampoco deslumbró. Para entonces la sombra de la fama ya hacía estragos en su autoestima y pronto se vio inmerso en las drogas. En 1999 llegó a estar en coma varios días por una sobredosis, pero sobrevivió y alguna vez trató de rehabilitarse. Antes de morir reconocía que era muy difícil ser hijo de y hermano de . Hoy, a sus 93 años, Kirk Douglas sigue estando al pie del cañón y presume de blog, que siguen a diario más de 12.000 amigos virtuales. En una de sus últimas entradas, hace solo unos días, hacía hincapié en la importancia de la educación para resolver los problemas que tiene EEUU. "Deberíamos empezar por dar a nuestros jóvenes una mejor oportunidad en la vida".