Muy probablemente sea el sueño de los enloquecidos fans de muchas estrellas de Hollywood. ¿Quién no ha cerrado alguna vez los ojos y deseado compartir viaje con George Clooney y Penélope Cruz? Pues quizá esté cada vez más cerca ese ansiado momento tras el convenio que han cerrado los sindicatos de actores y los estudios de cine y televisión. A falta del visto bueno definitivo, a partir del verano las estrellas del celuloide deberán renunciar a la primera clase y viajar en turista en desplazamientos de menos de 1.600 kilómetros. El acuerdo incluye una subida salarial del 6%, y del 10% en las contribuciones a los planes de salud y de jubilación.

¿Qué pensarán divas como Julia Roberts, que no bebe agua mineral en botella de plástico porque no son biodegradables, o Angelina Jolie, cuyas excentricidades provocaron recientemente el despido de un empleado del hotel Ritz de Moscú que tuvo la osadía de tomarle una foto?

De sobra son conocidos los caprichos de los famosos. Madonna viaja con su masajista, su entrenadora personal y dos cocineros, y Tom Cruise prohíbe a la gente en los rodajes mirarle a los ojos.

Desde los sindicatos reconocen no estar contentos con la concesión pero en tiempos de vacas flacas aceptan las restricciones a cambio de una mejora de sus sueldos.