"Hay varias versiones. Al principio, yo espolvoreaba hachís en el atún, pero los comensales se me volvían malos conversadores. Luego, lo sustituí por chocolate amargo, pero me quedaba amargo", comenta. Carbonell dio con la fórmula mágica: "Freímos una cebolla y echamos una tableta de chocolate Lindt de 79%. Cuando esté derretido, añadimos el atún y lo dejamos un minuto. Si está espeso, incorporamos salsa de soja".