Punto y final. La regata de la Copa del Rey arrió ayer las velas tras una semana de intensa competición en la que, sobre todo, se ha echado de menos la presencia del rey Juan Carlos, que no ha participado por prescripción médica. La familia real está hoy a la espera de recibir en Marivent a la primera dama de EEUU, Michelle Obama, y a su hija pequeña, Sasha, que de esta manera darán por concluida su estancia en España. La princesa Letizia, que ayer se había ido a Madrid, volverá para estar presente hoy en la recepción oficial. Un buque de la Armada fondea en la bahía de Palma como parte del dispositivo de seguridad montado para la llegada de la esposa y la hija del presidente de Estados Unidos.

En las aguas de la bahía de Palma sí se ha podido ver, a lo largo de la semana pasada, al príncipe Felipe, que hasta el viernes compitió con el CAM , y a la Reina, que en dos ocasiones, la última ayer, se ha subido a la lancha Somni para seguir de cerca las maniobras del Bribón, de José Cusí, y del CAM , de Kiko Sánchez Luna y Fernando León. Letizia se dejó ver en el Club Náutico el martes y el miércoles con sus dos hijas para ir a recoger al Príncipe, y el viernes, para tomar algo con unos amigos.

La noche de ayer, los Reyes entregaron los trofeos a los ganadores en un acto celebrado en los jardines de Ses Voltes, junto a la catedral de Palma. El Príncipe no estuvo presente en el acto por encontrarse en Colombia, donde ayer asistió a la toma de posesión del nuevo presidente, Juan Manuel Santos. No le dará tiempo a estar con las Obama. Antes de partir hacia Suramérica, Felipe acudió al restaurante de un club de golf, a siete kilómetros de la capital mallorquina, para cenar con los compañeros del velero en el que competía, patrocinado por la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

El CAM acabó cuarto de la clase IRC B y el Bribón, segundo de la misma clase, donde Matador, del armador Alberto Roemmers, revalidó el título. También el Iberostar, de Javier Banderas, hermano del actor Antonio Banderas, reeditó su triunfo del pasado año en la clase X-41. "Ibamos muy relajados porque casi teníamos el título en el bolsillo; hemos demostrado que nos lo merecíamos", explicó el malagueño. La entrega de premios acabó con un animado cóctel en los jardines.