Los herederos del tenor Luciano Pavarotti, fallecido el pasado año, han llegado a un acuerdo sobre una repartición de los bienes "justa y compatible con las leyes", después de que durante el invierno se levantara una polvareda sobre presuntas disputas entre los familiares. Lo anunció ayer Anna Maria Bernini, abogada de Nicoletta Mantovani, la segunda esposa del tenor y madre de Alice, hija de ambos, que ahora tiene cuatro años. "Nicoletta la segunda esposa y Lorenza, Cristina y Giuliana hijas del primer matrimonio con Adua Veroni están hoy unidas por una verdadera amistad", dijo Bernini. La abogada afirmó que Nicoletta ha renunciado a la gran villa familiar situada en la ciudad de Pésaro.

Bernini añadió que las tres hijas del anterior matrimonio de Pavarotti "sienten a Alice como a una cuarta hermana", pero no quiso explicar cómo se ha resuelto la parte norteamericana del testamento. Antes de morir, el tenor modificó sus voluntades, atribuyendo a Nicoletta tres superpisos en Nueva York y un capital estimado en 15 millones de euros, a condición de que fuese administrado por una fundación. "No me pregunte nada más porque no hay nada que añadir", replicó Bernini ante la insistencia de los informadores para saber si todo había quedado absolutamente resuelto.

Sobre los bienes "americanos", manifestó la abogada, hay un sumario abierto por supuesto "engaño" contra Pavarotti, que ya no se encontraba en un buen estado de salud.

No existen cifras oficiales sobre la herencia del tenor, aunque la prensa italiana ventiló en su día que podría rozar los 200 millones de euros.