Si el desfile del pasado enero fue el del bautizo de Josep Font en la pasarela de alta costura de París, el de ayer supuso un salto hacia la consolidación. Y la fama. Sus propuestas de descarado acento español para el otoño-invierno 2008-2009 fueron aplaudidas con entusiasmo por una de las actrices más populares de Francia, Julie Depardieu, cuya estrella ascendente empieza a eclipsar a la de su padre, Gerard Depardieu.

Sobre un fondo de música flamenca en directo, el modisto barcelonés desplegó toda su imaginación. Fiel a su estilo poético, trabajado y colorista, presentó una colección inspirada más que nunca en la tradición y la cultura de los pueblos de España, uno de sus temas favoritos. El mantón de Manila, los azulejos valencianos, los bordados de Castilla, los trajes de luces o la luz del Mediterráneo han sido traducidos por Font a los códigos contemporáneos con 16 despampanantes modelos.

Los shorts abombados sobre medias tupidas bordadas con pedrería y voluminosos cuellos y mangas son su particular interpretación de Cervantes. Todo en colores rojo sangre, azul añil, blanco, amarillo y combinaciones con estampados floreados. Las voluminosas faldas de volantes y plumas blancas o hueso combinadas con cuerpos transparentes que juegan con el bordado y la pedrería transportan al mundo de la danza clásica.

Exultante con el resultado de su trabajo, Josep Font se permitió aparcar su irredenta timidez. Saludó a cuerpo descubierto y recibió un caluroso aplauso. Tras ser objeto de cariñosos halagos por parte de la angelical Julie Depardieu, el modisto resumió su colección y su alegría con un jocoso "¡Viva España!".

El creador volvió a elegir una sala de estilo art decó para el desfile bajo la luz natural de la claraboya que cubre el recinto. "Quería que el público pudiera ver los trajes de cerca, casi tocarlos, para que pueda apreciar el trabajo de los bordados, de la cristalería y de los complicadísimos patronajes", concluyó.