La última colección del diseñador Gianfranco Ferré arrancó las lágrimas de sus amigos y admiradores en la pasarela de Milán. Con una ovación de varios minutos el mundo de la moda rindió ayer homenaje al modisto recientemente fallecido. Al terminar el desfile, 20 niños con camisa blanca, la prenda favorita del italiano, salieron a la pasarela, y el público se levantó.