En los años 60, el actor y director de cine Dennis Hopper (Dodge City, Kansas, 1936) no se separaba de su cámara. La llevaba a todas partes. Con su objetivo captó desde estrellas del cine y del pop, escritores, artistas y políticos hasta gente anónima.

En esta exhaustiva trayectoria gráfica, el intérprete, que atraviesa duros momentos debido a un cáncer de próstata, plasmó algunos de los momentos culminantes de esa década, marcada por una efervescencia cultural. Hopper, de 73 años, retrató a iconos de aquella época dorada como Tina Turner en el estudio, Andy Warhol durante su primer espectáculo en la Costa Oeste, Paul Newman en el plató y Martin Luther King a lo largo de la marcha por los derechos civiles de Selma a Montgomery.

Ahora, una selección de imágenes recopiladas por el actor y el galerista Tony Shafrazi --más de un tercio nunca antes han sido publicadas-- se recogen en Photographs 1961-1967 , libro que cuesta casi 600 euros y que reúne la esencia del álbum gráfico del polifacético cineasta y del que solo se editarán 1,500 ejemplares, firmados por el propio autor, que salió del hospital hace unos días, tras sufrir síntomas similares al de la gripe A, según el manager del veterano actor.

Este volumen con tintes históricos también incluye ensayos de Shafrazi y el pionero del arte de la Costa Oeste Walter Hopps, así como una biografía firmada por la periodista Jessica Hundley y extractos de las entrevistas de Victor Bockris con modelos, amigos y familiares del actor, actualmente volcado en la filmación de la serie Crash .

Entre algunas de sus reflexiones, queda patente que el actor intuyó que "estaba haciendo algo que pensaba que podría tener cierto impacto algún día". "En muchos sentidos, son realmente estas fotografías las que me mantuvieron activo creativamente", afirma. Para él, "la obra es la fotografía como película, una narración apasionante expresada mediante una serie de imágenes descarnadas: las tomas tempranas de corridas de toros en Tijuana, los happenings en Los Angeles y las escenas callejeras muestran una libertad experimental que se traduciría en la vívida imaginería cinematográfica de Easy Rider y más allá", zanja.