A Hugh Grant no le importa caer en los tópicos. Por eso, una de las primeras cosas que hizo nada más aterrizar en Madrid fue acudir a un tablao flamenco. El actor se hinchó así de arte jondo para superar la jornada que le esperaba al día siguiente: defender una película indefendible y llena, precisamente, de tópicos: ¿Qué fue de los Morgan?

El actor británico, que este año cumplirá 50, lleva un par de años sin salir en la gran pantalla, y es el primero en reírse y reconocer que hay que trabajar para engordar la cuenta bancaria. La actuación no está tan mal. "Te alimenta el ego, da dinero y da la posibilidad de conocer a chicas guapas", reconoció ayer, sin abandonar su habitual sarcasmo. También tiene cosas malas. La primera, unos ataques de ansiedad que no oculta y que combate como puede, incluidas las terapias naturales, como el yoga y las infusiones. "Cuanto más te pagan y más poderoso es el presupuesto, peor lo pasas. Llegas a estar aterrorizado", subraya. Ultimamente, el protagonista de Notting Hill también ha descubierto las virtudes del pilates, a pesar de que reconoce que se ha convertido en "un viejo alcohólico y angustiado", según comentó en tono jocoso en un chat con El Mundo , una de las pocas entrevistas que concedió, ya que anuló el encuentro previsto desde hacía semanas con la prensa escrita.

Pese a que Grant asegura que las mujeres siguen siendo un gran misterio para él, tuvo palabras de elogio para su compañera en ¿Qué fue de los Morgan? , Sarah Jessica Parker, que vuelve a hacer de urbanita sofisticada.