Michael Jackson descansa por fin en paz más de dos meses después de su fallecimiento. El rey del pop fue enterrado el jueves por la noche en el cementerio Forest Lawn de Glendale, de Los Angeles, junto a otras grandes estrellas, como es el caso de Humphrey Bogart, Clark Gable o Sammy Davis Jr.

La ceremonia, de carácter íntimo y rodeada de fuertes medidas de seguridad, comenzó con una hora y media de retraso. Al acto asistieron más de un centenar de personas por rigurosa invitación, entre las que se encontraban Brooke Shields, su exesposa Lisa Marie Presley, Mila Kunis, Chris Tucker, Steve Wonder y sus grandes amigas Elizabeth Taylor y Diana Ross, que no asistieron al funeral celebrado el pasado 7 de julio en el Staples Center. Los encargados de colocar a los asistentes fueron algunos de los bailarines que acompañaron al artista durante su carrera musical, que iban vestidos con chaquetas de domadores de circo y guantes blancos.

TRES CARTAS DE SUS HIJOS El acto se celebró al aire libre y contó con la actuación de Gladys Knight, una cantante que conocía a Jackson desde que era un niño. El féretro dorado del artista presidió el sepelio rodeado de flores y flanqueado por dos cuadros con su imagen.

El rey del pop fue enterrado en una de las tumbas de la Terraza Sagrada del Gran Mausoleo del cementerio, una edificación construida con el estilo arquitectónico italiano del siglo XIII y donde las lujosas criptas tienen muros y suelos de hormigón armado. Uno de los momentos más emotivos de toda la ceremonia lo protagonizaron sus tres hijos, quienes a parte de haber escrito tres cartas a su padre que fueron introducidas en el ataúd, colocaron una corona de flores sobre el féretro.

Una vez terminada la ceremonia, que corrió a cargo del reverendo Al Sharpton, los invitados se trasladaron al restaurante italiano Villa Sorriso, en Pasadena, donde la familia ofreció una cena homenaje para recordar así la vida de Jackson.