Tras 46 años lejos de los teatros, Jane Fonda estrenó el lunes 33 variaciones en el Eugene O´Neill Theater. Y la espera ha merecido la pena, ya que el público --entre el que se encontraban intérpretes como los oscarizados Geoffrey Rush y Renée Zellweger y la cantante Dolly Parton-- acabó dándole una larga ovación puesto en pie. Y ayer Fonda pudo leer críticas como la de The New York Times , entregado a su "elegantemente contenida" interpretación, o la de Variety , que constató que los mecanismos de actuación de la actriz de 71 años, ganadora de dos Oscar por Klute y El regreso , y nominada otras cinco veces, no presentan "ninguna señal de oxidación".

Ha tenido suerte Fonda al elegir el material con el que regresar. Aunque la obra no ha recibido críticas tan amables como las de su protagonista, el texto del venezolano Moises Kaufman parecía destinado para la actriz. En él, su personaje, una musicóloga llamada Katherine Brandt, es diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica y se embarca en una búsqueda obsesiva de las razones que llevaron al genio de la clásica a componer las 33 variaciones sobre el vals de Anton Diabelli, una de sus obras maestras.

La obra, en la que también actúan Samantha Mathis y Colin Hanks, el hijo de Tom Hanks, incluye una seria reflexión sobre la maternidad, un capítulo que ha conectado con buena parte del público femenino que había visto las actuaciones previas al estreno oficial. "Muchas mujeres me han dicho que se identifican con mi personaje, con esa búsqueda del equilibrio entre el mundo laboral y el de los hijos, con ese sentimiento de culpa que muchas mujeres trabajadoras tienen de haberse perdido parte de la vida de sus hijos", explicaba Fonda recientemente en una charla organizada por The Times .

En esa conversación --donde la costumbre le jugó una mala pasada, haciéndole referirse constantemente a la obra como "el guión"-- la actriz también ha dicho que la dirección de Kaufman, que le obligó a no ser excesivamente emocional en su interpretación, le planteó "un reto tanto de ego como zen muy interesante. Para mí --explicó la exmujer del magnate de la comunicación Ted Turner-- es muy fácil ser emocional tanto a nivel personal como profesional". El martes, tras el estreno, Fonda asistió a la fiesta inaugural celebrada en Budakkan, un restaurante asiático en la novena avenida. Y aunque confesó sentirse tentada con entregarse a los brazos de unas copas para celebrarlo, se contuvo. Tenía cita otra vez ayer con las tablas, y esta noche, y mañana... Y el teatro no permite el lujo de repetir tomas.