La nube de ceniza han convertido lo bolos europeos de Jesús Luz en una odisea. El viernes llegó a París y tuvo que viajar 11 horas en coche hasta Ginebra, donde actuó el sábado. El domingo, el novio de Madonna volvió a subir en un coche rumbo a Barcelona, en cuyo aeropuerto, tras horas de espera, logró un vuelo a Brasil.