Un Joan Manuel Serrat emocionado, divertido y elocuente fue nombrado ayer Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa en la casa que el cónsul del país vecino, Pascal Brice, tiene en Barcelona. Una insignia que depende del presidente francés, así que resulta de lo más curioso que sea alguien de derechas como Nicolas Sarkozy el que honre a alguien tan de izquierdas. El embajador Bruno Delaye subrayó la "constante lucha" del artista por la libertad. El momento más emotivo del acto llegó cuando Serrat (en la foto, con la insignia) explicó que le gustaría que su madre le estuviera viendo desde algún lugar: "Seguro que se sentiría orgulloso de mí", aseguró con los ojos vidriosos.