Nicole Kidman cumple hoy 40 años convertida en un icono del cine del siglo XXI. La australiana entra en la madurez siendo la intérprete mejor pagada del mundo (en el 2006 cobró 13 millones de euros por película) y con una fe casi ciega en los tratamientos estéticos que la han situado entre las actrices que aparentan una edad indeterminada.

"Kidman es una de las grandes estrellas del cine actual. Y, además, una intérprete dramática extraordinaria, cosa que no puede afirmarse de todas las estrellas", afirma de ella Roman Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual.

La actriz australiana hizo su primera incursión en Hollywood en 1990 con Días de trueno. Allí conoció a Tom Cruise, con el que se casó ese mismo año y adoptó a sus hijos Isabella y Connor. La pareja protagonizó otros dos filmes Un horizonte muy lejano (1992) y Eyes wide shut, la obra póstuma de Stanley Kubrick, filmada en 1999, cuando el matrimonio ya hacía aguas.

Después de divorciarse de Tom Cruise, tras 10 años de matrimonio, su carrera cinematográfica no hizo más que regalarle estupendos papeles e importantes premios. "Ahora puedo volver a usar tacones", comentó con ironía tras separarse del actor de la Cienciología.

Nicole rodó después películas de bajo presupuesto de autor como Dogville, de Lars Von Trier. Gubern señala que la filmografía de Kidman "es sorprendentemente corta para haber comenzado en 1983", pero destaca que "sus trabajos con Kubrick, Amenábar o Lars von Trier la han situado en el panteón".

OSCAR POR ´LAS HORAS´ Tras dos sonoros éxitos, Moulin Rouge y Los otros, su mayor reconocimiento lo obtuvo en el 2002, cuando consiguió el Oscar por Las horas, en la que encarnó a Virginia Wolf.

Toni Ulled, subdirector de la revista Fotogramas, destaca que "Kidman es lo más parecido a una estrella de los años 50, pero incluso de antes, los años 30 y 40, cuando las actrices mantenían un halo de misterio. Y siempre estaban impecables en sus apariciones públicas".

Tanto Gubern como Ulled afirman que haber cumplido los 40 no afectará a su carrera. "Este año tiene un puñado de filmes por estrenar con los que podrá superar tranquilamente la famosa --y exagerada-- crisis de los 40", explica Ulled. "Quizás lo único preocupante es su cada vez más acentuada falta de expresividad. Con esos retoques estéticos a veces parece que viene de una estrella más que ser una estrella", añade el subdirector de la revista Fotogramas